Safia y Kudu son dos niños que han acabado sus estudios primarios, y tienen tres cosas en común: los dos son niños tienen doce años. Son africanos y ni ella ni él estudiarán más. Safia ha tenido suerte, ella podría haber dejado el colegio antes, ya que muchas niñas se quedan en casa cuando tienen su primera regla. Ya han trabajado, trayendo agua, cuidando a los animales o haciendo lo que les mandaban sus padres. Su futuro está tan lejos como el instituto más cercano. Sin una beca ni transporte no pueden acceder a estudios superiores. Safia y Kudu son buenos estudiantes, podrían aspirar a una beca, pero sus familias no pueden prescindir de ellos ya que ayudan en las explotaciones agrícolas o con los animales, y en muchas otras tareas o recados. Los datos oficiales de la UNESCO señalan que entre 2017 y 2018 el porcentaje de alfabetización en Senegal era del 52 % y en Ghana del 79% . En la actualidad han mejorado, ya que entre los más jóvenes el grado de alfabetización llega al 92% en Ghana. Sin embargo, hay factores que hacen que los datos estén sesgados, ya que no reflejan la desigualdad que hay entre mujeres y hombres ni entre quienes viven en las ciudades y el ámbito rural. En Europa y en nuestro país el acceso a la educación superior es más fácil ya que existen más recursos como las becas. Aunque tampoco garantizan un acceso igualitario a la universidad, y al igual que en África las zonas rurales salen perdiendo. Los motivos son los mismos que hemos citado antes, la economía y las distancias.. Desde Bonwe sabemos que esta situación es reversible. La educación es uno de los pilares de nuestra ONG Y creemos firmemente que es una de las herramientas para alcanzar la autosuficiencia y una vida plena. La educación no tiene edad. Sabemos que los padres que han cursado estudios apuestan por una educación integral para sus hijos, y los que no la tenían y la reciben, superan el miedo y ven un futuro mejor. Por eso es importante concienciar a la sociedad, pero también de las instituciones y del personal docente. Con nuestros proyectos educativos queremos lograr que las personas con las que trabajamos puedan acceder a una educación transversal, de calidad y superior. Para ello contamos con proyectos como Aprendemos Online y Mate-matocas. Y otros que irán de la mano de estos hasta lograr nuestros objetivos. Han pasado unos cuantos años en las vidas de nuestros protagonistas. Con su esfuerzo, el apoyo de sus padres, la ayuda de sus profesores y una ONG colaboradora su futuro está cambiando.
Kudu está acabando sus estudios en Dakar y trabaja por las tardes en una tienda, llevando la contabilidad. En vacaciones vuelve a su aldea y ayuda en el proyecto de un centro de salud en el que sabe que trabajará como enfermero. Safía asiste a la Escuela de Magisterio de Kumasi, trabaja como guía turística, ya que le gusta aprender otros idiomas y conocer mundo. Kumasi es una ciudad turística, la más poblada de Ghana. Cuando vuelve a su pueblo visita a sus hermanas y amigas en el colegio animándolas a seguir estudiando, y siendo ejemplo de que estudiar merece la pena. Su sueño es ser educadora en un instituto de secundaria en el que estudien cada vez más niñas. "El aprendizaje es un tesoro que sigue con su propietario toda la vida" * Safía y Kudu son personajes de ficción cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Ainhoa González de Alaiza.
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El Karité es un árbol que mide unos 15 metros de altura y que tiene 1 de diámetro, llega a vivir trescientos años y su nombre significa árbol de la mantequilla. Sus frutos son muy apreciados ya que por medio de procesos mecánicos obtiene la manteca de karité, que es la base de muchos productos cosméticos como cremas y perfumes. La crema de Karité tiene propiedades hidratantes y protege contra el sol, además de curar y prevenir muchas enfermedades de la piel. También se recomienda su uso para tener un pelo sano y brillante, además de ayudar en la cicatrización de heridas y en su cuidado. Estas y otras propiedades hacen que sea un producto muy codiciado y que en países como Mali, Ghana y Senegal, existan cooperativas de mujeres que se dediquen a cuidar los árboles y a la transformación de los frutos en manteca. Esto es esencial ya que permite que muchas mujeres sean independientes y puedan mantener a sus familias. También hay mujeres que viven en España que crean puentes con estas comunidades y venden sus productos en Europa, invirtiendo parte de sus beneficios en los poblados de origen, en pozos, educación y mejorando la calidad de vida de todos sus habitantes .Nuestra ONG Bonwe llevamos ese espíritu a nuestros poblados de Ghana y Senegal, por medio de un Atelier, en el que las mujeres pueden formarse y crear productos de artesanía, que después pueden vender en África y conseguir así ser autosuficientes y crear comunidad, riqueza y un futuro propio. Os animamos a que visitéis nuestros proyectos y forméis parte de nuestra familia: siendo socios, compartiendo nuestro contenido o comentando en nuestro blog o RRSS. "La compañía de otras mujeres me ha hecho ver el sentido de la fuerza, la determinación y la valentía" Franz Kafka Ainhoa González de Alaiza. |
Autores- Elena Marticorena (responsable de #equipocomunicación de #bonwe. Archivos
Junio 2023
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