El poblado de Boayase se encuentra ubicado en el municipio de Ejura, perteneciente a la región de Ashanti. En 2020 había más de cinco millones de personas viviendo en esta región, siendo la más poblada de Ghana. Conocida por su producción de oro y cacao, sólo 130.300 personas tenían acceso a agua potable. En la actualidad, la situación no sólo no se ha revertido sino que con la llegada de las largas sequías, muchos poblados se han quedado sin agua. La realidad de Boayase es la de muchos poblados, que obligados por la falta de ayudas y de soluciones, tienen que recorrer muchos kilómetros diarios para buscar agua en otros lugares. Los vecinos de Boayase tienen, además, que pagar un canon por el uso de garrafas (que no son de su propiedad sino que pagan en régimen de alquiler) y por recoger agua del poblado vecino. Agua sucia, nada potabilizada, y con la que niños y mayores tienen que beber, cocinar, lavar y asearse. Ante esta realidad, nuestro querido profesor de matemáticas y responsable de la ONG Bonwe en Boayase, Agyei Darko, decide contarles a los protagonistas de esta historia, Berko y Naki, su idea de construir un pozo. Un proyecto que ha pasado por muchas manos y en el que han participado numerosos voluntarios. La ejecución completa del mismo, materializada en el proyecto “Sed de Vida” aún no se ha realizado, pero los voluntarios de Bonwe hacen todo lo posible por completar el presupuesto de la Fase I. Tras la conversación mantenida con Agyei , Naki y Berko fueron rápidamente a sus casas, tras las clases de aquel día, para contarles el proyecto a sus familias. La noticia impactó en sus casas y rápidamente la información pasó de puerta en puerta y antes de que se organizara la reunión, todo el mundo estaba enterado de lo sucedido. Agyei y Faustina explicaron a sus vecinos lo mismo que el profesor les había contado a los niños, resolviendo las dudas que los mayores les planteaban. - ¿Y cuándo vamos a poder disfrutar del pozo?. - Tenemos que recaudar algo menos de 60.000 cedis. Pero se recauda en euros, que es la moneda que se usa en la Unión Europea, a la que pertenece la ONG desde la que se ha diseñado el proyecto. Para la primera fase hay que conseguir unos 4400 euros, que son unos 30.000 cedis. Se han conseguido algo más de 2000 euros. Aún tenemos que conseguir lo que resta y toda la financiación para la segunda fase. - ¿Y cómo se consigue el dinero?- preguntó un vecino de la aldea. - A través de eventos, conciertos y donaciones particulares a la ONG. Cualquier iniciativa es bienvenida -respondió Agyei. - ¿Y podremos disfrutar de agua siempre, aquí en Boayase?- preguntó Zareb Asare, el padre de Naki. - Si. Con este sistema podremos tener agua siempre, y lo más importante, gracias al estudio de sedimentos, la podremos consumir sin bacterias- respondió de nuevo Agyei. La anciana Elizabeth, la abuela de Naki, pidió tomar la palabra y preguntó: - ¿Podemos hacer algo para aportar a los fondos? - Para eso os he convocado- le respondió Agyei-, para ver si entre todos podemos seguir sumando para que la construcción sea más rápida. - A mi se me ocurre que podríamos organizar algún evento o actividad y cobrar una entrada por ello. Si invitamos a todo Boayase y a los poblados vecinos quizá podríamos recaudar el dinero que falta. La que había tomado la palabra era Faustina, la secretaría de la NGO Bonwe Ghana (nombre de la ONG en el terreno de Ghana). - ¿Y quienes participarían en el evento?- preguntó Pita Owusu, la madre de Berko. - Podrían ser los niños y niñas de la escuela TI. Alhmadyya Basic School de Boayase. ¿Qué os parece?. Podrían representar alguna obra, cantar, bailar, incluso recitar poemas- añadió Agyei. - ¡Genial! ¡Buenisima idea!- respondieron varios de los presentes. Y así, la iniciativa empezó a tomar forma y los vecinos de Boayase se pusieron manos a la obra para organizar la celebración que recaudaría los fondos destinados a la construcción del pozo. Durante dos semanas, todo el poblado se involucró para conseguir que la actuación de los pequeños y pequeñas de Boayase fuese memorable. De primero a último curso, los alumnos y alumnas de la escuela TI. Alhmadyya Basic School de Boayase, prepararon actuaciones tales como danzas típicas, canciones tradicionales y obras teatrales de raíces africanas. Los más experimentados con el lenguaje optaron por recitar poemas. Los padres difundieron la noticia para que las familias de los poblados vecinos se acercasen a ver la actuación de sus pequeños. Berko y Naki estaban muy ilusionados con el proyecto y tenían muchas esperanzas en recaudar el dinero restante para la ONG de la que les había hablado Agyei. La alegría fue inmensa cuando, tras contabilizar el dinero obtenido de las entradas del evento, el coordinador del terreno y Presidente de la NGO Bonwe Ghana, pudo transmitir a su equivalente en España, Inma S.Robles que habían conseguido sumar hasta 300 euros. ¡La recaudación para la Fase I de la construcción del pozo se había completado! - ¡Lo hemos logrado Naki!- exclamó Berko. Ya no tendremos que caminar kilómetros y kilómetros para recoger agua. ¡Vamos a tener un pozo! - Me parece increíble que lo hayamos conseguido, parecía un sueño tan lejano…pero con el dinero suficiente, pronto comenzarán las obras o eso ha dicho Agyei esta mañana a mi padre- añadió Naki. - Sí, mi madre también lo ha comentado esta mañana en el desayuno. Es tan buena noticia que no se lo creían y creo que por eso se lo está comentando Agyei directamente- le respondió Berko - Yo ya cuento los días que nos quedan para ir con los cubos a cuestas. Se hacen tan pesados…pero ya queda poco. El 12 de abril, la NGO Bonwe Ghana recibió el importe total para el pago del presupuesto de la Fase I del Proyecto “Sed de Vida”. Nueve días después comenzarían las obras en Boayase, una fecha marcada en la memoria colectiva, de un poblado con una gran emergencia sanitaria. La recaudación de los fondos fue posible gracias a la ONG Bonwe España y NGO Bonwe Senegal. A los eventos, celebraciones y actividades creadas a tal fin, y a las numerosas muestras de gratitud y solidaridad de ciudadanos de todo el mundo que quisieron aportar su granito de arena para hacer posible la construcción de un pozo de energía fotovoltaica en Boayase. Berko y Naki esperan con impaciencia la aparición del primer chorro de agua, limpia. Pero ese es otro cuento que esperemos, queridos lectores, que queráis seguir leyendo y descubriendo.
1 Comentario
Agyei Darko, natal de Onwe, es profesor de primaria en la Escuela TI. Alhmadyya Basic School de Boayase. Imparte matemáticas y clases de apoyo. Le encantan los niños y siempre se ha implicado en todos los proyectos en los que ha sido partícipe. Su exmujer y su hija viven en Onwe, pero Agyei, debido a la distancia que le separa de la escuela, reside en Boayase durante el curso escolar. Como todas las familias, acude cada mañana y cada tarde a buscar agua al poblado contiguo y experimenta los mismos obstáculos que sus vecinos. Pertenece a la ONG Bonwe con sede en Granada, una provincia al sur de España, muy lejos de Ghana. Agyei es el delegado de la organización en el terreno y la fuente directa de comunicación con España. Desde los inicios de Bonwe, se ha mostrado muy optimista con el proyecto de la construcción del pozo, tan necesario en Boayase. La emergencia de agua es un grave problema que afecta a muchas de las zonas apartadas de Ghana, en las que la comunicación y el acceso no es tarea sencilla. Las enfermedades, la falta de higiene, los escasos recursos para cocinar y lavar, hacen del proyecto “Sed de Vida” una necesidad imperiosa. Y por ello, Agyei ha decidido contarles a Naki y a Berko la fase en la que se encuentra la recaudación de fondos para construir el pozo. Quizá, el mismo poblado unido, sea capaz de aportar el dinero que falta para la primera fase de su construcción. Buenos días chicos, gracias por haber venido tan pronto. ¿Ha podido ir tu madre a por agua esta mañana Berko? - Sí señor, ha ido ella, me ha dado permiso tal y como me indicó. - Perfecto, pues vamos a entrar en clase y os voy a explicar todo lo referente al pozo. - Bien!- contestó Naki- lo estamos deseando.
Yo soy su representante aquí en Ghana. Conocí a una de las fundadoras de la ONG cuando aún no existía Bonwe y trabajaba para otra asociación. Cuando dejó de colaborar con ellos y surgió la idea de crear Bonwe me uní a ella. Faustina también pertenece a Bonwe y actúa como secretaria. ¿Hasta aquí me seguís? - Sí señor - respondió Berko entusiasmado. - Bien, pues uno de los proyectos en los que llevamos tiempo trabajando y más desde que el río se secó y todo el poblado tiene que desplazarse para conseguir agua, es la construcción de un pozo. Al principio se pensó en usar uno de bomba manual, que ya podríamos haber tenido, pero que se habría terminado rompiendo y que no podría filtrar el agua. - ¿Y para que se filtra el agua? - Para evitar los virus, los parásitos y las bacterias que están presentes en el agua que actualmente consumimos del suelo. Es muy importante que el agua sea potable para evitar enfermedades. Ya sabéis la cantidad de personas que tienen problemas gastrointestinales, muchos de ellos son por el consumo del agua sin filtrar. - Por eso mi abuela Beth habla de “el mal del agua” cuando ve que a alguno de mis hermanos se le revuelven las tripas. - Si, por eso le llama así. Y para ponerle fin, desde Bonwe estamos recaudando fondos para la construcción de un pozo de energía fotovoltaica. - ¿Y que hay que hacer para construir un pozo de ese tipo?- preguntó Naki- que nunca había oído nada parecido. - La persona que diseñó su construcción, que se llama Joaquín, y que es ingeniero, nos contó que lo primero a tener en cuenta a la hora de construir un pozo era conocer las necesidades de agua que tiene el promotor del pozo, en este caso Bonwe que es quien nos representa, conocer el tipo de bombeo que se necesita y si el pozo es para el riego, es decir para agricultura, o para almacenar el agua en algún depósito. Por último es necesario conocer las posibilidades que tiene el terreno por medio de estudios geológicos o mediante la ayuda de zahoríes. - ¿Y qué son los zahoríes?- preguntó Berko
- ¿Y por qué decidisteis que fuera un pozo fotovoltaico? - preguntó Naki. - De energía fotovoltaica Naki. Pues verás, aquí en Boayase es más fácil generar electricidad que acometer un suministro desde otro punto. Esto es debido a la situación geográfica de nuestro país y a las horas de sol que hay al año. El rendimiento de un sistema así es más óptimo porque los equipos solares que se construyen ahora son muy robustos, no tienen un coste muy alto y el mantenimiento es mínimo. Por eso creemos que es el mejor sistema para la construcción del pozo. - ¿Y que se necesita para que lo tengamos ya? - preguntaron a la vez los niños.
- Calma chicos. Primero necesitamos recaudar fondos. El proyecto está diseñado pero necesitamos encontrar el dinero para construirlo. - ¿Y cuánto dinero falta?- preguntó Naki - Lo hemos presupuestado en dos fases. Para la primera, que incluye analizar el caudal del agua y el terreno, así como su excavación, elegir la bomba eléctrica y el tanque del agua supone unos 30.000 cedis. Al cambio para la moneda usada en Granada son 4400 euros. Por ahora llevamos unos 2.070 euros, quizá algo más, que luego hay que convertir en cedis. Y para la segunda fase aún falta por concretar, pero estimamos que algo menos, unos 4000 euros. - Entonces aún faltan unos…2300 euros para la primera fase ¿no?- consultó Berko que ya dominaba a la perfección las cuentas matemáticas. - Así es Berko, aún falta mucho para conseguir el presupuesto completo de la primera fase, pero cada vez estamos más cerca de conseguirlo. - ¡Pues no tenemos tiempo que perder!- exclamó Naki. Vamos a explicárselo a nuestras familias y a todo el poblado. Tenemos que buscar la manera de conseguir el resto del dinero. ¡Nosotros lo recaudaremos! - ¡Eso! nosotros lo conseguiremos- insistió Berko - Me alegra vuestra predisposición chicos, será complicado pero lo intentaremos. Ahora iros preparando que comienzan las clases, y esta tarde podéis contarlo en casa. La próxima semana reuniremos a todas las familias para explicarles el proyecto. Pero todo lo que podáis adelantar con vuestra ilusión, ¡será fantástico! - ¡Genial!- exclamaron a la vez los niños. - Venga y ahora a clase. Hablaremos pronto del proyecto. - ¡Sí, sí, sí! lo lograremos, vamos a tener un pozo. ¡Tendremos agua! Aquella noche Berko no podía dormir. Las palabras de su amiga Naki “Te nombro mi ayudante en jefe de servicios de investigación para encontrar agua” se habían quedado grabadas en su mente. Muchas veces había oído a su padre lamentarse por la falta de agua en el poblado de Boayase. - Antes pasaba un río que nos permitía tener agua durante todo el año Berko. Pero desde que empezó la sequía y el agua empezó a escasear, comenzaron los problemas. Ahora tenemos que ir al poblado vecino, y tendrás que acostumbrarte a ir cada mañana y cada tarde a por agua, si quieres que podamos beber y dar de beber a los animales. Te acompañará Francis, y tu madre irá los domingos, para que puedas descansar. ¿Lo has entendido Berko? - Si padre, lo he entendido. ¿Y cómo traeré el agua? - Lo harás con unas garrafas que tendrás que cargar tú mismo. Verás una motocicleta que acerca algunas de esas garrafas hasta el río del poblado vecino. Pero nosotros no tenemos dinero para pagarla. Así que tendrás que ir bien pronto por la mañana, y a primera hora de la tarde, para poder traer el agua tú sólo. Te cansarás, pero terminarás acostumbrándote. Yo no puedo ir contigo, porque tengo que ayudar a tu madre en la granja. - Lo sé padre, lo haré yo. Soy muy fuerte, ¡ya verás!. Berko tenía tan sólo cinco años cuando tuvo esta conversación con su padre. Cuatro años después recordaba la sensación que tuvo la primera vez que recorrió seis kilómetros de día y seis de tarde para ir a recoger agua para su familia. Cargó con dos garrafas con las que apenas podía dar ni cinco pasos, cuando estaban llenas. Se paraba y seguía, se volvía a parar y volvía a seguir. Los primeros días tardó más en regresar a su casa, pero con el tiempo, sus músculos se acostumbraron al esfuerzo. Pero después de la conversación con Naki y la idea de construir un pozo, las cosas podían cambiar radicalmente. Imaginar un pozo en el poblado era cuanto menos atrevido, pero quizá, posible. Llegó apurado a las puertas de la Escuela, después de recorrer los seis kilómetros con el agua entre sus fuertes brazos y la compañía de su perro Francis. - ¡Qué cara de sueño tienes Berko! - Es que no he podido dormir pensando en la idea del pozo, ¿te lo imaginas Naki? Hoy mismo se lo voy a preguntar a Agyei.
- Pues adelante, ¿qué es lo que querías hablar conmigo?
- Pues verá señor, mi amiga Naki me ha dicho que le escuchó hablar de la posibilidad de construir un pozo. Aquí, en Boayase. ¿Es eso posible? - Vaya con Naki, ya hablaré con ella. - No le diga que se lo he dicho, se enfadará conmigo. - Jajaja, no te preocupes. Hablaré con ella para preguntarle porque no ha sido ella quien me lo ha preguntado. Te ha mandado a tí hacerlo. - Es que me ha nombrado jefe de investigaciones. Somos un equipo ¿sabe?. - Jajajaj, si si menudo equipo. Aunque me alegro de que estéis tan interesados. La verdad es que sí Berko, hay un proyecto para construir un pozo de energía fotovoltáica. - ¿Cómo es eso posible? - Venid mañana antes de comenzar las clases. Dile a tu madre de mi parte que mañana vaya ella a buscar agua y así podrás venir antes con Naki. Os hablaré del proyecto “Sed de Vida” y de la ONG a la que pertenezco, que se llama “Bonwe” - ¿Sed de vida? ¿Bonwe? - Mañana, mañana Berko. Mañana os lo contaré todo. Pero si el proyecto sale adelante, podréis dejar de ir a buscar agua todos los días al poblado vecino. Hay muchas esperanzas puestas en ello. Y como tenéis mucho interés os lo contaré para que después podáis decirlo en casa y así transmitirlo a toda la comunidad. - Genial, pues aquí estaremos mañana. - Hasta mañana Berko. - Hasta mañana señor. El primer día de clase estaba tocando a su fin. Berko pensó en esperar a Naki y así seguir hablando con ella. Se habían visto en algunas clases que compartían, pero también había aprovechado para ver a sus otros compañeros. Algunos vivían en otros poblados y hacía varios meses que no sabía nada de ellos. ¡Era genial volver a jugar a la pelota y reírse de sus chistes! - ¡Naki! Soy yo Berko, te estaba esperando. Si quieres volvemos juntos a casa. Te puedo presentar a Francis y de paso te enseño mi granja. Aunque ya la conoces jajaj. - ¡Me dijiste que sería un secreto! ¿No lo irás a contar? - ¡Qué no Naki! Era una broma, no te preocupes que no voy a decir nada, pero me tienes que prometer que a partir de ahora me pedirás ayuda cuando lo necesites. - Está bien Berko, confío en ti. ¡Me apetece mucho conocer a Francis! - Pues seguro que antes de llegar a casa ya viene por el camino a recogernos, lo hace desde que comencé la escuela. Como mis padres se pasan todo el día en la granja, Francis y yo cuidamos el uno del otro. A ti eso no te pasará, tienes una familia muy grande.
-Pues sí, aunque suele ir mi hermano mayor Jasir. Yo me suelo encargar de ir ahora por la tarde. Algunas veces va mi tío Dakari, pero él siempre está ayudando a mis padres así que tiene menos tiempo. Y tú… ¿tú vas siempre? - El domingo va mi madre, pero el resto de días voy yo. Por la mañana y por la tarde. Madrugo mucho para que me dé tiempo a ir a por agua, y después a la escuela. Francis necesita beber, así que no puedo fallar ningún día. Además no puedo pagar nunca la motocicleta, llevo siempre los bidones yo. Pesan mucho así que tardo más cuando vuelvo con ellos cargados de agua. - A mí también me pesan, y como imaginarás tampoco tenemos dinero para pagar la motocicleta. Siempre llevamos los bidones nosotros. Lo necesitamos para cultivar, y para que mi madre pueda cocinar para todos. Somos muchos así que a veces, aunque tengamos agua por las mañanas, no puedo lavarme porque no hay suficiente.
- ¡Hecho! Te nombro mi ayudante en jefe de servicios de investigación para encontrar agua
- Jajajajaja. Veo que se te ha pegado mi manía de hacer bromas. Eres genial Naki. Acepto el cargo. Y ahora ven que vamos a conocer mi granja y… ¡mira! Por ahí viene Francis a recibirnos. ¡Te lo dije! Sabía que vendría a recogernos. ¡Hola Francis! Berko y Naki viven en una pequeña aldea de Ghana. Cada día recorren 12 km para recoger agua con la que poder beber, cocinar y lavarse. «El pozo de la vida» es un pequeño relato sobre la vida de estos niños africanos, y las dificultades que con humor, consiguen sortear día tras día.
Los padres de Berko dedican largas horas del día a trabajar en la granja. Cuidan de los pollos, cabras y ovejas que crían para después vender carne, leche, queso y huevos. La granja esta a un kilómetro de su casa, y mientras Emmanuel y Pita estan fuera, su perro Francis cuida de que a Berko no le pase nada. Desde muy pequeño ha aprendido a valerse por sí mismo y cuando tuvo edad de ir a la escuela ya había aprendido a cocinar, a lavar y a orientarse por el sol y las estrellas. Y fue allí, en la Escuela TI. Alhmadyya Basic School de Boayase, donde conoció a la que ahora es su mejor amiga, Naki Asare.
La abuela Beth cuida de ellos en ausencia de los adultos en la casa. A Naki le encantan los animales y siempre que puede se escapa para ver los de las granjas cercanas. Así fue como vio por primera vez a Berko, aunque su amistad comenzó el primer día del tercer curso. - Hola, me llamo Berko Owusu. Te he visto algunas veces cerca de la granja de mis padres. Bueno en realidad te hemos visto mi perro Francis y yo. ¿Sabías que tenía un perro?, ¿Tú tienes animales.
- Hola Berko, yo soy Naki Asare. No sabía que me habías visto acercarme a tu granja. Me encantan los animales, pero no tengo ninguno. Mis padres y mi tío se dedican a cultivar maíz. Me encantaría conocer a Francis, ¿me lo presentarás? - Pues claro. Hoy mismo, a la salida del colegio. Y si quieres podemos ir a la granja a ver al resto de animales. A mí me hacen mucha compañía porque solo vivo con mis padres. - Nosotros somos ocho en casa, mi abuela Beth, mi tío Dakari, mis padres y mis tres hermanos. A ellos seguro que les conoces. Jasir es el mayor y ya no va a la escuela, ayuda a mis padres en el cultivo de maíz, pero Sule y Jasira están en segundo curso, son mellizos.Ah si! Son los únicos mellizos que hay en Boayase. ¡Vaya! sois una familia muy grande, que envidia. Espero que algún día me los presentes. - Pues claro, cuando quieras Berko. Me alegro mucho de haberte conocido, espero que seamos muy buenos amigos. - Eso está hecho Naki. Y ahora vamos a entrar en clase, que creo que tenemos matemáticas con Agyei. - Y así, con una sonrisa de oreja a oreja, entraron los dos en clase. |
Autores- Elena Marticorena (responsable de #equipocomunicación de #bonwe. Archivos
Junio 2023
Categorías
Todos
|